Nuestra Historia

Nuestros Comienzos

Hace alrededor de 83 años, un grupo de ciudadanos se unieron con gran fe y tesón, para levantar un templo en el área de Villa Caparra. Entre los años 1941 y 1942, los vecinos acudían a misa en la residencia de la familia Biamón, pero ya se necesitaba un espacio mayor para acomodar a todos. Logran ellos construir una sencilla capilla de madera en el 1942, que se veía desde la carretera número dos. Hizo falta esa capilla, para que muchos de los que transitaban por esa carretera, cuando años más tarde fue sustituida por el hermoso templo con el que constamos hoy.

Foto Parroquia Catolica San Jose de Villa Caparra Guaynano

Nace la Parroquia San José

El Señor Obispo Jaime Pedro Davis nombró para atender el área de Villa Caparra al Padre Félix Ríos Turrado. Quien celebró su primera misa acá el 13 de diciembre del 1947. Dos meses después, el 15 de febrero del año 1948, el Sr. Obispo erigió una nueva parroquia bajo el título de San José de Villa Caparra.

La feligresía pronto creció en número, no siendo ya una sola misa suficiente para acomodar a todos. Se aumentó a tres el número de misas, pero continuó la feligresía aumentando al punto que ya se requería un templo de mayor tamaño. Los vecinos comenzaron a reunirse para ver cómo se reunía la cantidad de dinero necesaria para el proyecto. El ingeniero Jorge Ramírez de Arellano donó los planos y así comenzó la ardua campaña para recolectar y reunir los fondos necesarios. Se necesitaban ciento diez mil dólares para comenzar la obra. Para fines de octubre del año 1948, un comité de vecinos decidió comenzar la Iglesia actual estaba encabezado por Doña Elene Giusti Vda. De González, como Presidenta Honoraria, y con Don Miguel Mocoroa y Sra. como presidentes ejecutivos. El segundo Comité contó con la misma Presidenta Honoraria y con Don Alfonso Valdés y Sra. como presidentes. El 25 de noviembre de 1948, día de Acción de Gracias se colocó la primera piedra en una ceremonia oficiada por el Señor Obispo. El 3 de diciembre de ese mismo año, se comenzó a construir la iglesia.

Monseñor Ríos narra las vicisitudes que pasaron parar conseguir los fondos parar pagarles a los obreros. Gracias a la diligencia de Don Víctor Braegger, agente de la compañía Jefferson Standard Life Insurance Co., se consiguió un préstamo de sesenta mil dólares para la fase final de la obra. Un grupo de personas se comprometió a firmar pagarés para liquidarla en el plazo de 10 años. ¡En una sola noche se logró reunir la cantidad necesaria! Fue una bella demostración de fe y compromiso. El día 24 de diciembre de 1950, luego de bendecir el templo, el Sr. Obispo celebró una Misa Pontificial acompañado con gran devoción y júbilo por los fieles de Villa Caparra. 

Nace la Academia San José

Surgió entonces con más fuerza dentro de la comunidad creciente la necesidad de tener una escuela para los hijos. En un edificio de madera acomodaron dos salones y en la mitad de la capilla dos salones más. Durante cuatro meses se celebraba la misa diaria en la mitad de la capilla y en la otra mitad estaban los pupitres de los niños que acudían a recibir el pan de la enseñanza.Los domingos, como acudían más personas, había que sacar los pupitres y colocar los bancos para la misa, para luego repetir la operación a la inversa ya que al día siguiente se convertiría el espacio en dos salones de clase. Sin embargo, para quienes estaban levantando la obra que hoy disfrutamos nosotros, nada era imposible. ¡Una ardiente fe y noble voluntad los movía!El primer día de clases la escuela tenia ya 50 niños y cada uno pagaba cinco dólares mensuales. Las maestras eran tres religiosas pertenecientes a la orden Dominican Sister of Newburgh, New York, y una maestra laica. El dinero no alcanzaba para cubrir los gastos de sus sueldos, los ciento setenta y cinco dólares de alquiler de la casa donde vivían las religiosas, y el equipo de los salones.

Recordamos con gran cariño los nombres de las tres primeras hermanas religiosas: Sister M. Claretta, O.P., Sister Margaret Imelda, O.P. y Sister Vicentia, O.P. Los primeros 50 niños que inauguraron la escuelita eventualmente pasaron a ser la primera clase graduada de la Escuela Superior. El día 22 de julio del año 1951 se comenzó a construir el primer edificio de la Escuela Elemental. Se necesitaban sesenta mil dólares y para esos fines se celebró una actividad que produjo cuatro mil dólares, dinero con el que dio comienzo la construcción. Como ya se había terminado la Iglesia en el año 1950, se acudió de nuevo a la comunidad y se pudo terminar la escuela gracias a la generosidad de los vecinos de Villa Caparra, quienes asumieron los costos mediante otro préstamo. Ya para el 1952, había ocho amplios y bien ventilados salones para el beneficio de hijos y nietos. La antigua capilla pasó a servir como kindergarten con dos salones adicionales en dos garajes. La escuela llegaba hasta el sexto grado. 

Desde el 1947 hasta el 1951 el Padre Félix Ríos Turrado vivía en una casa parroquial de madera y cartón, en miniatura. Como habían nombrado otro sacerdote para atender las necesidades pastorales de esta parroquia, tuvieron que alquilar el segundo piso de lo que era la tienda Rattan, donde ambos vivieron hasta el año 1954, fecha en que se mudaron a la nueva Casa Parroquial. Monseñor Félix Ríos agradeció una vez más a la familia González Giusti, y sobre todo a Doña Elena, por haber generosamente aportado no sólo el dinero para las obras sino también por la donación de los terrenos en los cuales se levantaba la capilla original de madera. A un precio muy módico los feligreses adquirieron el solar que en la actualidad ocupa la Iglesia. El año 1952 Doña Elena dono la mitad del precio de otro solar más y pidió que la Parroquia se hiciera responsable del resto, para que allí se construyera la Casa Parroquial. La familia Giusti dono tres solares y otro lo compraron los feligreses para reunir ocho mil metros de solar donde están enclavadas la Iglesia, Casa Parroquial y la Escuela Elemental. El tiempo transcurrido en fabricar la Iglesia, Casa Parroquial y Escuela fue de ocho años, con un valor estimado en aquella fecha de cuatrocientos cuarenta mil trescientos dólares. “Hay que señalar que casi todas las deudas fueron cubiertas por los feligreses de la Parroquia, caso único en la historia de la Diócesis”. fueron palabras textuales de Monseñor Félix Ríos. 

En la mañana del 27 de noviembre de 1954, Monseñor Davis, en misa celebrada a las 10:30 de la mañana en la Iglesia San Jose de Villa Caparra, le hizo entrega Doña Elena Guisti Vda. de González, la Cruz “Pro Ecclesia et Pontifice”, alta condecoración papal concedida solamente a aquellas personas que se han distinguido de forma notable en el desarrollo de la Iglesia Católica a través de sus ejecutorias espirituales y materiales. La Iglesia estaba atestada de fieles hasta el extremo de permanecer mucha gente de pie en los laterales. Además de la Cruz, y a través de su Delegado Apostólico, el Papa Pio Xll, le envió a Doña Elena su bendición especial.

Se necesito dinero para construir la Casa Parroquial y de nuevo con la ayuda del Sr. Víctor Braegger se consiguió un préstamo con la Jefferson Standard Life Insurance Co. Pero no podía gestionarse hasta que no se liquidara una hipoteca existente que había sobre el solar. Fue aquí que el Sr. Jorge González Giusti se adelantó a prestar el dinero. Con un presupuesto de veintiún mil dólares la compañía aseguradora presto quince mil dólares y los hermanos San Miguel prestaron otros quince mil dólares para completar la totalidad de la suma requerida. 

Además de los 16 salones con los que ya contaba la escuela para el 1955, se edificaron diez salones más y un convento para vivir las “Sisters”, el cual se ubicó en el tercer piso de la Escuela Elemental. Esta residencia serviría como hogar privado de las Hermanas con una verdadera vida conventual. De nuevo la Jefferson Standard extendió su mano para hacer esto posible. 

Gracias a la visión de Monseñor Ríos, y respaldado por los vecinos de Villa Caparra, en el 1958 se compró un solar colindante con la familia Alfredo Alonso y otra solar propiedad de la familia Lanza. Luego de obtener el permiso de la Junta de Planificación y adjudicada la correspondiente subasta, comenzaron las obras de construcción de la Escuela Superior en febrero de 1962.

Para continuar la expansión y acomodar el aumento de matrícula, la cuarta y última ala de la Escuela Elemental fue completada en el 1958. Ya existía un hermoso templo, una casa parroquial y una escuela de 26 salones más el convento. Ya la escuela contaba con ocho “Sisters” y la promesa de enviarles una adicional cada año para así poder tener suficientes religiosas para la Escuela Superior que comenzó en agosto del año l956. En total, para el año l956 habían 15 hermana religiosas. 

La primera clase de la Academia San José High School comenzó en agosto de 1956 ocupando un ala del segundo piso de la Escuela Elemental que consistía de un salón hogar y una biblioteca. Había una Principal y tres maestras. Sister Mary Edith estuvo a cargo del primer salón hogar de la Escuela Superior. Ella había llegado en el año 1956 y estaba a cargo de la enseñanza de Ciencias, Educación Física y Religión. ¡Le dedicó 48 años de su vida! En los próximos tres años, la facultad aumentó, para satisfacer las demandas de la creciente escuela. La primera clase “senior” de 27 estudiantes se graduó en mayo de 1960. Para ese tiempo, la Escuela Superior fue acreditada por el Departamento de Educación de Puerto Rico, y ahora, por el Consejo General de Educación de Puerto Rico. 

En 1961, se unieron al personal, maestras y bibliotecarias adicionales. En 1962, la Escuela Superior se afilio a la “Catholic University of America”, en Washington, DC En febrero de 1962, se comenzó la construcción de la nueva Escuela Superior en el lote adyacente a la Escuela Elemental en la calle A. El Obispo Jaime Davis inició un cambió en la política de la Escuela Superior convirtiéndola en una escuela solo para niñas ya que en el área había varias escuelas para varones.

 La apertura de la Escuela fue el 4 de abril de 1964 y se inauguró formalmente el 2 de mayo de 1964, recibiendo la bendición de Monseñor Juan de Dios López de Victoria. La estructura del edificio es sobria y elegante, obra del arquitecto David Chang. En octubre de 2003, la escuela gano un segundo lugar otorgado por la Asociación Americana de Arquitectos, Capitulo de Puerto Rico. Este premio fue otorgado por ser un edificio de más de 25 años, que se mantiene en excelentes condiciones físicas, conservando el mismo diseño y que todavía se utiliza para el propósito para el cual fue creado. 

En los años 1965 a 1970 el “Glee Club” de la Escuela Superior, bajo la dirección de Sister John Christian, dio varias funciones con la orquesta del maestro Arturo Somohano en su programa semanal, en el antiguo Hotel San Jerónimo Hilton. También el “Glee Club” recibió varios premios en competencias de canto, y grabó tres discos con la música favorita de los conciertos. 

En los próximos años, la Escuela ha seguido caminando al ritmo de los adelantos y cambios modernos. En marzo de 1979, la Escuela Superior fue aceptada para la acreditación por la “Middle States Association of Schools and Colleges”. La Escuela Elemental fue acreditada por la misma entidad en el año 1988 y siguió efectuándose la acreditación cada 10 años en ambas escuelas. 

Se necesito dinero para construir la Casa Parroquial y de nuevo con la ayuda del Sr. Víctor Braegger se consiguió un préstamo con la Jefferson Standard Life Insurance Co. Pero no podía gestionarse hasta que no se liquidara una hipoteca existente que había sobre el solar. Fue aquí que el Sr. Jorge González Giusti se adelantó a prestar el dinero. Con un presupuesto de veintiún mil dólares la compañía aseguradora presto quince mil dólares y los hermanos San Miguel prestaron otros quince mil dólares para completar la totalidad de la suma requerida. 

Además de los 16 salones con los que ya contaba la escuela para el 1955, se edificaron diez salones más y un convento para vivir las “Sisters”, el cual se ubicó en el tercer piso de la Escuela Elemental. Esta residencia serviría como hogar privado de las Hermanas con una verdadera vida conventual. De nuevo la Jefferson Standard extendió su mano para hacer esto posible. 

Gracias a la visión de Monseñor Ríos, y respaldado por los vecinos de Villa Caparra, en el 1958 se compró un solar colindante con la familia Alfredo Alonso y otra solar propiedad de la familia Lanza. Luego de obtener el permiso de la Junta de Planificación y adjudicada la correspondiente subasta, comenzaron las obras de construcción de la Escuela Superior en febrero de 1962.


Para continuar la expansión y acomodar el aumento de matrícula, la cuarta y última ala de la Escuela Elemental fue completada en el 1958. Ya existía un hermoso templo, una casa parroquial y una escuela de 26 salones más el convento. Ya la escuela contaba con ocho “Sisters” y la promesa de enviarles una adicional cada año para así poder tener suficientes religiosas para la Escuela Superior que comenzó en agosto del año l956. En total, para el año l956 habían 15 hermana religiosas. 

La primera clase de la Academia San José High School comenzó en agosto de 1956 ocupando un ala del segundo piso de la Escuela Elemental que consistía de un salón hogar y una biblioteca. Había una Principal y tres maestras. Sister Mary Edith estuvo a cargo del primer salón hogar de la Escuela Superior. Ella había llegado en el año 1956 y estaba a cargo de la enseñanza de Ciencias, Educación Física y Religión. ¡Le dedicó 48 años de su vida! En los próximos tres años, la facultad aumentó, para satisfacer las demandas de la creciente escuela. La primera clase “senior” de 27 estudiantes se graduó en mayo de 1960. Para ese tiempo, la Escuela Superior fue acreditada por el Departamento de Educación de Puerto Rico, y ahora, por el Consejo General de Educación de Puerto Rico. 

En 1961, se unieron al personal, maestras y bibliotecarias adicionales. En 1962, la Escuela Superior se afilio a la “Catholic University of America”, en Washington, DC En febrero de 1962, se comenzó la construcción de la nueva Escuela Superior en el lote adyacente a la Escuela Elemental en la calle A. El Obispo Jaime Davis inició un cambió en la política de la Escuela Superior convirtiéndola en una escuela solo para niñas ya que en el área había varias escuelas para varones.

 La apertura de la Escuela fue el 4 de abril de 1964 y se inauguró formalmente el 2 de mayo de 1964, recibiendo la bendición de Monseñor Juan de Dios López de Victoria. La estructura del edificio es sobria y elegante, obra del arquitecto David Chang. En octubre de 2003, la escuela gano un segundo lugar otorgado por la Asociación Americana de Arquitectos, Capitulo de Puerto Rico. Este premio fue otorgado por ser un edificio de más de 25 años, que se mantiene en excelentes condiciones físicas, conservando el mismo diseño y que todavía se utiliza para el propósito para el cual fue creado. 

En los años 1965 a 1970 el “Glee Club” de la Escuela Superior, bajo la dirección de Sister John Christian, dio varias funciones con la orquesta del maestro Arturo Somohano en su programa semanal, en el antiguo Hotel San Jerónimo Hilton. También el “Glee Club” recibió varios premios en competencias de canto, y grabó tres discos con la música favorita de los conciertos. 

En los próximos años, la Escuela ha seguido caminando al ritmo de los adelantos y cambios modernos. En marzo de 1979, la Escuela Superior fue aceptada para la acreditación por la “Middle States Association of Schools and Colleges”. La Escuela Elemental fue acreditada por la misma entidad en el año 1988 y siguió efectuándose la acreditación cada 10 años en ambas escuelas. 

En enero de 1982, fue sometida la propuesta para levantar un gimnasio-auditorio en terrenos de la Calle A, comenzando la construcción del mismo en el 1984. Sin embargo, la construcción tuvo que detenerse y se ordenó la demolición de la estructura que se había iniciado. la Parroquia comenzó a buscar otras alternativas para su tan necesitado salón multiusos, pero teniendo en cuenta que no podía levantarlo en terrenos ordinariamente clasificados para uso exclusivo de vivienda. 

Buscando resolver esta necesidad de tener un amplio espacio techado, en el año l 994, Monseñor Rafael Fontánez gestionó la construcción del techo para cubrir el patio interior de la Escuela Elemental. ¡Puesta a prueba la calidad de esta construcción con el paso del Huracán George… el techo resistió! Hoy, no pasa un solo día en que no se esté utilizando este valioso espacio. 

En el 2001 se adquiri6 el terreno al lado del estacionamiento de la Escuela Superior, ubicado frente a la Carretera número 2. Comienza allí la construcción del nuevo Auditorio en junio de 2002. La inauguración formal del Auditorio San Rafael fue el 4 de septiembre de 2003. Una imponente placa conmemorativa ubicada en la entrada agradece la colaboración de muchos benefactores. Este nuevo Auditorio sirve ahora a toda la comunidad para  actividades de índole religiosa, académica, social y cultural. 

El Primer Sínodo Arquidiocesano de San Juan para la Nueva Evangelización, se llevó a cabo desde septiembre de 2006 hasta mayo de 2007. La Parroquia y Academia San José se sienten orgullosas de haber podido ofrecer sus facilidades para la celebración de este importante acontecimiento eclesial. 

No sería prudente aquí comenzar a nombrar a todos las profesionales que han recibido su formación en nuestra Academia, muchos de los cuales continúan encontrado en esta Parroquia el Pan de la Palabra y la Eucaristía. Pero es imperativo decir que a través de cada una de esas personas el Señor ha hecho surgir un fruto patente de la obra divina, que por más de sesenta años ha estado realizándose en esta Parroquia y Academia San José. 

Damos gracias a Dios por la vida generosamente entregada de los párrocos que han estado al frente del servicio en nuestra Parroquia: Monseñor Félix Ríos (Q.E.PD.), Monseñor Juan de Dios López de Victoria (Q.E.PD.), Padre Armando Álvarez (Q.E.P.D.), Padre Agustín Ubierna (Q.E.P.D.), Padre Pedro Campaña (Q.E.P.D.), Monseñor Rafael Fontánez (Q.E.P.D.), Padre Miguel Ángel Colón (Q.E.P.D.) y por último, desde el año 2008, el Padre Ricardo Hernández quien es actualmente nuestro Párroco y Director. Nuestra Parroquia y Academia han sido también agraciados por el apoyo de nuestros pastores, particularmente de S.E.R. Luis Cardenal Aponte Martínez, Arzobispo Emérito de San Juan y de S.E.R. Roberto Octavio González Nieves, actual Arzobispo de San Juan. 

Agradecemos a Dios también el don de la vida consagrada dedicada a nuestra Academia Parroquial a lo largo de todos estos años. Cabe aquí mencionar entre las Hermanas Dominicas a Sister Claretta Hastings, O.P., Sister Mary Hyacinth. O.P., Sister Jane Cecilia Coffey, O.P., Sister Immaculate, O.P., Sister Leona Maes, O.P. Sister Mary Joseph, O.P., Sister Mary Bernard Luning, O.P. Mary Edith. O.P. Sister Dorothy Gensur, O.P., actual maestra de Religión, Sister Catherine Ortiz. O.P. quien es actualmente la Principal de la Escuela Elemental, y Sister John Christian McCabe, O.P. quien es actualmente la Principal de la Escuela Superior. 

A todas ellas nuestro reconocimiento y agradecimiento por el testimonio admirable de entrega y auténtica vocación a la promoción de la verdad y del espíritu humano mediante la educación católica. Agradecemos también la importante colaboración por parte de las siervas Misioneras de la Santísima Trinidad y las Hermanas Marianitas por el testimonio de servicio en el sector parroquial de Barrio Juan Domingo. A todas nuestras religiosas: ¡gracias por siempre! 

No podríamos concluir esta reseña histórica sin destacar la encomiable labor y tarea evangelizadora realizada por los distintos grupos, asociaciones, movimientos aposto1icos, y ordenes seglares de damas y caballeros que han existido y continúan existiendo en nuestra Parroquia. La comunidad parroquial no tendría su notable vitalidad si no fuera por ustedes. ¡Gracias por su valiosa aportación! El Espiritu Santo les continue impulsando para ser siempre generosos y fieles a la Iglesia. 

La Parroquia y Academia San Jose está orgullosa de su rica historia como parte viva de la Iglesia local que sirve, promoviendo el Evangelio de la Vida, ejerciendo la Educación en la Verdad sabre Dios, el hombre, la sociedad y el mundo, buscando ser en todo momento una comunidad que vive sacramentalmente el encuentro con Cristo Salvador y Liberador. 

Hoy, teniendo como centro la presencia admirable de Cristo Eucaristía, siendo iluminados por la clara luz del Magisterio de la Iglesia, y teniendo a María Santísima como estrella de la nueva Evangelización, duc in altum. ¡rememos mar adentro!, sin temor, pues el Maestro está en nuestra barca. Continuemos con alegre, valiente y confiado afán., trabajando para la viña del Señor desde nuestra Parroquia y Academia, para que desde aquí puedan todos llegar a ser discípulos misioneros de Jesucristo y para que todos tengan vida en Él. ¡San José, nuestro patrono, ruega por nosotros!

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